21 de septiembre de 2009

Ética y deontología profesional

Para quienes no saben, estoy organizando con la ayuda de otras personas y entidades un encuentro sobre contaminación lumínica, tema que me interesó lo suficiente como para el año pasado hacer un cortometraje sobre esta. Pueden obtener mas información en esta pagina web.
Pero vamos a los que nos compete: en realidad el evento lo estoy organizando yo con mucha ayuda de una sola persona mas, Viviana Bianchi. Las instituciones que auspician lo hacen institucionalmente, por lo que Viviana y yo estamos como locas tratando de que salga algo bueno. En este momento, después de pasado el caos inicial, estamos a full con la difusión. ¿Qué se me ocurrió entonces? Mandar un mail a la parte de prensa del instituto en el que estudio para ver si podían dar una mano y publicarlo en la web (dicho sea de paso, que está hecha nueva para que justamente los estudiantes podamos utilizarla como una herramienta para difundir nuestros trabajos y etc. Voy a recalcar la palabra nuestros).
En realidad, ya había enviado un mail para contar la realización de mi corto a ver si también le podían dar difusión, pero no obtuve respuesta. Le dije esto en el mail al Chico de Secretaría (por no poner el nombre, claro), quien se encarga del área, y le mandé la información del evento. Me contestó a las dos horas lo siguiente:
“María, como estás?
Tuve un problema con mi computadora y perdí todos los mails de mis
casillas, por lo que te agradezco la insistencia.
Ya está publicada en la página del Instituto, en la sección noticias, la
información del evento, destacando tu participación en el mismo, ya que
para nosotros es un orgullo que nuestro alumnos se destaquen en la
comunidad periodística.
Ante cualquier sugerencia, no dudes en consultarme.
Saludos,
Chico de Secretaría”
Dije, ¡buenísimo! Busqué en la web, y para mi sorpresa, me encontré con esto…

" ´XXXX(Nombre del instituto) y el Gobierno de la Ciudad invitan a debatir sobre la Contaminación Lumínica´
Tenemos el agrado de invitar a nuestros alumnos de todas las carreras que brinda XXXX al evento dedicado a la contaminación lumínica, en donde se realizarán charlas y proyecciones sobre la temática.
El encuentro tendrá lugar el jueves 24 de septiembre a las 19.30 hs. en Salones Leprett (Pte. Luis Saenz Peña 739, Capital Federal)
Cronograma:
19.30 "Polución Lumínica", video de Víctor Bibé.
20.00 Experiencia interactiva y charla a cargo de la Dra. Beatriz García.
20.30 "Apagón", cortometraje documental de María Ángeles Vivanco.
21.00 Exposición de Viviana Bianchi sobre el primer mapeo nacional de contaminación lumínica realizado en Argentina.
La entrada es libre y gratuita.”

Aja…
Claro, tanto orgullo les dio que se quisieron quedar la autoría del evento. “XXXX y el Gob. De la ciudad invitan”.. ¿perdón? ¿y donde se aclara que lo organizo yo? ¿Podrá ser que alguien al leer ese titulo llegaaaaaara a confundirse? ¿Y mi participación destacada qué? ¡Ah, claro, era mi nombre! Encima al hermoso flyer que hice le sacaron los logos, dejaron sólo el cronograma y la dirección.
Mi respuesta:
“Hola Chico de Secretaría! Gracias por la publicacion!!
Lo que te voy a pedir es si podes aclarar que quienes invitan y organizan el evento somos las entidades siguientes y yo:
Gobierno de la Ciudad, Secretaría de Medio Ambiente
Dark Sky Assosiation
Iniciativa Starlight
En defensa de los Cielos Oscuros
Porque si no queda como si el XXXX y el Gob. de la Ciudad invitaran y organizaran, no se aclara en ningún lado que lo organizo yo. Me parece que debería decir que el XXXX invita, pero aclarar que quienes organizan son las entidades que te nombré y mi nombre, porque estoy haciendo un laburo arduo como para que no se aclare ;)
Espero tu respuesta,
Un beso,
María”
Notese que el guiño fue para darle un tono de “Eh, papi? Entendes?”. A los 10 minutos me contestó:
“Ya está María,
Saludos,
Chico de Secretaría”
Entré… y claro, agregaron debajo “Organiza:…” y las entidades que les dije. Yo sigo sin figurar más que como la que pasa el cortometraje, y el título sigue exactamente igual.
No voy a enviar otro mail. Mañana cuando lleve mi divino poster y pregunte si lo puedo poner en la cartelera de corcho, voy a hablar con Chico de Secretaría específicamente y le voy a plantear que ese titulo engañoso no me gusta y que me parece de cuarta el manejo. Tanto me enseñan en todas las materias sobre ética y sobre la manipulación de la información, y al final desde la misma secretaría del instituto lo hacen con sus propios alumnos. Un asco.

Después les contaré. Chico de Secretaría, te has metido en un problema. Por mail no me gusta ser tan cortante, pero en persona mi voz se eleva a muchos decibeles y se vuelve chillona. Agarrate.

1 de septiembre de 2009

Un mundo de sensaciones

Escrito por mi amiga y compañera de facultad Macarena Alonso y por mí.


“No lo salvó ni el santo. El dueño de una casa de regalos y santería del barrio porteño de Once apareció asesinado a puñaladas dentro de su mismo local comercial”, se puede leer en la edición digital del diario Crónica.
¿Es necesario, realmente? No sabemos qué habrá querido hacer el redactor al abrir con un chiste una noticia de esa índole, y tampoco por qué se han vuelto tan comunes este tipo de despliegues, no sólo en diarios sumamente sensacionalistas como Crónica, sino en casi todos los medios.
Los recursos que exaltan las emociones se han diversificado en las últimas dos décadas, tanto en gráfica como en la bendita TV. Fotos de cadáveres, y entrevistas en donde el notero le da letra al damnificado de siempre. “¿Y usted cómo se siente, se siente indignado?”, y el entrevistado, sin darse cuenta de la manipulación, contesta: “Sí, estoy indignado”.
Pero el problema no es la manipulación que haga un solo notero con el entrevistado, no son casos aislados; ya es todo un movimiento que trata de llegar al punto máximo de morbosidad. En un círculo de retroalimentación con el público, el espectador prefiere una noticia impactante antes que el discurso de la Presidenta o el fallo de una causa. Todos consumimos la misma información y no nos damos cuenta de que estamos alimentando este periodismo cinematográfico que incluye efectos especiales y música de fondo, y mantiene el suspenso para llevar al espectador a un climax sensacionalista que se vuelve adictivo.
¿Por qué será que los medios en lugar de informar, hacen una super producción digna de presentar en el Festival de Cannes? Tal vez porque responden a estrategias de marketing y publicidad, vendiendo el producto noticioso adaptado a lo que el espectador quiere. Como si fuera un canal de telecompras, donde la inmediatez hace que uno caiga en la tentación de llamar y adquiera ese producto mágico que solucionará todos sus problemas. Los noticieros, de la misma manera, a veces venden cosas que no son. Por eso, nosotros los de los ojos abiertos, proponemos una estrategia diferente: cambiar de canal.